Mi vecino es un Grinch.
Como dirijo el Emporio Navideño y, a veces, a la luz de la luna como elfo, eso es un problema para mí.
Pero no me sorprende. Cuando le llevé galletas para darle la bienvenida al barrio este verano, me dio un portazo en la cara.
Hasta que trae a su hija a visitar a Papá Noel en uno de los días en que estoy trabajando como elfo, y me doy cuenta que me estoy perdiendo partes clave de su historia...
1. La niña es su hermana menor, no su hija.
2. Él es su tutor desde que sus padres murieron en un trágico accidente.
Ahora todas sus hermosas y melancólicas miradas tienen mucho más sentido. Como una de los elfos de Santa Claus, mi misión es hacer que esta Navidad sea lo más especial posible para ellos. Lo que de alguna manera incluye entrar en su propiedad para colgar las luces de Navidad y trenzar el pelo de la niña con regularidad.
A pesar de sus miradas y su malhumor, descubro el suave interior de la bestia. ¿Crecerá también el corazón de este Grinch tres tamaños? Y si lo hace, ¿tendrá espacio para mí?
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