Un tranquilo vaquero alienígena, una mujer humana que huye y un matrimonio de conveniencia muy complicado. ¿Qué podría salir mal?Endeudada y huyendo de un señor del crimen al que le he roto o no la nariz, coje el primer billete que me sale al paso. Es un viaje de ida con todos los gastos pagados a un aislado puesto ganadero.¿La única pega?
Tengo que casarme con un vaquero extraterrestre.
Mi plan es bastante simple. Acostarme con mi novio Silar y convencerle de que me mantenga durante el primer mes de matrimonio. Mientras no decida echarme después de los treinta días de prueba, estaré a salvo.
Pero quizá mi plan no sea tan bueno después de todo. Silar habla más con sus animales que conmigo, parece perplejo ante todas las tareas de esposa que intento realizar para él y hace todo lo posible para evitar tocarme.
Aparte de sus ojos blancos brillantes cada vez que me mira, no tengo ni idea de lo que pasa por la cabeza de mi nuevo marido. Mientras tanto, me demuestra de formas sutiles y sin palabras lo buen hombre que puede llegar a ser cuando cree que nadie le ve.
Sí. Mi plan oficialmente apesta. Porque ahora, no es sólo mi vida en riesgo si Silar me envía lejos después de treinta días…
Es mi estúpido corazón humano.
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