Y ahí estaba, con su cabello hecho un desastre, atado en lo alto de su cabeza. Su ceño no se había relajado ni una sola vez desde el momento en el que fijé mi mirada en ella. No hacía más que resoplar y murmurar palabras para sí misma, mientras tecleaba con fuerza en su laptop y borraba todo, una y otra vez.
Repitió el mismo proceso 5 veces, para ser exactos.
Sí, las había contado con atención, sin poder disimular mi interés. La mujer era todo un espectáculo. Su belleza y actitud me tenían completamente absorto.
Sentí la necesidad urgente de decirle algo, ofrecerle ayuda con su texto o simplemente presentarme con ella, pero no me atreví a hacerlo a tiempo y, entonces, el vuelo en el que viajábamos llegó a su destino y nos obligó a ambos a tomar caminos diferentes.
Caminando de regreso a mi hotel, no pude evitar pensar que si tan solo pudiera verla de nuevo, le diría que…
Espera, ¿qué demonios haces en mi habitación?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
· Lo que quieras encontrar, en los corazones lo hallarás.
· Nada de lo que se encuentre YA compartido y disponible a ustedes, será enviado por mail.
· Si un enlace directo está caído lo puedes buscar en la biblioteca. Lo mismo para las entradas que se encuentren sin enlaces.
· Cualquier problema notificarlo en comentarios o por formulario de contacto y será reparado lo antes posible.
· Si fue por comentario, este será borrado una vez corregido y verificado.