Abrielle se estaba abriendo camino en su profesión de fisioterapeuta. Decían que tenía unas manos mágicas y ya había conseguido bastantes clientes fijos. Así que su agenda estaba repleta de citas, pero cuando la llamaron para ir a Industrias Gillingham no quiso dejar pasar la oportunidad. Allí podía conseguir un montón de trabajo porque aquello estaba lleno de ejecutivos estresados. Lo que no esperaba encontrar era a un bomboncito que se comería entero. Ella era una profesional, ¿pero a quién le amargaba un dulce?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
· Lo que quieras encontrar, en los corazones lo hallarás.
· Nada de lo que se encuentre YA compartido y disponible a ustedes, será enviado por mail.
· Si un enlace directo está caído lo puedes buscar en la biblioteca. Lo mismo para las entradas que se encuentren sin enlaces.
· Cualquier problema notificarlo en comentarios o por formulario de contacto y será reparado lo antes posible.
· Si fue por comentario, este será borrado una vez corregido y verificado.